30 Jun De los nervios al éxito en 48h
Cada vez que se acerca una fiesta, ya sea grande o pequeña, para una cumpleañera, boda o otra celebración el impacto en mí siempre es el mismo.
Siempre paso por distintos estadios.
Empezamos por el momento esquemitas, mira que he montado mil bufetes, pero a 10 días de la fiesta me entra el repentino impulso de dibujarlo de nuevo, con todos los detalles de servicio, decoración, recipientes, manteles, estructuras etc…
Y mira que dibujo mal, mal pero me da una tranquilidad que no puedo explicar, luego llega el gran día y una vez delante del bufete el esquema sirve de bien poco pues según veo voy cambiando!
Después llega la síndrome meteoblue, conectada 10 veces al día para ver como evoluciona el tiempo, mirad si es fuerte nuestro vínculo que incluso en mi parón maternal seguí conectada, miraba y pensaba, pero que más te dará el tiempo del fin de semana.
He de decir que desde que lo descubrí nunca me ha fallado una predicción.
Por otro lado llega el momento repaso, repaso con el equipo, con los novios y hasta repaso con mi hijo si hace falta, para la improvisación ya están la familia y amigos, yo prefiero tener todo lo controlable a raya. En mi carpeta siempre van, las listas, propuesta definitiva, rapport de la fiesta con todos los detalles, des de el menú hasta la paleta de colores, pasando por timmings etc..
Tenemos ese apego tan fuete que una vez ha pasado la fiesta, la guardo en mi despacho en modo fetiche.
Y no hablemos de las listas y listitas que voy haciendo para no dejarme nada, entre ellas esta my caja de herramientas, siempre me acompaña.
Y claro todos los elementos DIY que nunca faltan en mis fiestas. Me encanta pasarme la última semana recortando pegando y preparando los últimos detallitos, aquellos que marcan la diferencia.
Y entre manualidades, organización y reuniones llega el gran día.
Empezamos bien temprano, con los nervios a 100, a penas paramos 5 min para comer pues la cuenta atrás ha empezado. Mientras el equipo de montaje se pone a construir el marco, el equipo de producción y coordinación creamos el contenido, charlas con el florista, cambios para mejorar el proyecto, últimos movimientos de mesas, reordenación según el sol, pruebas de sonido, de luz, tranquilizar a la novia, o al novio. Tranquilizarme yo…
Todo va cogiendo forma, lo que por la mañana era una mesa, por la tarde ya es un espectáculo.
Y sin quererlo te plantas en la ceremonia repasando los últimos detalles cuando empiezan a llegar invitados, normalmente los primeros siempre llegan 45 min antes de lo previsto, y empieza la cuenta atrás.
Llegada del novio, nervioso él y nerviosa yo, llamada al confidente ( donde estáis ???), están al llegar !!!!!
Preparamos las entradas, entra el novio, y privilegiada de mí espero a la novia, es un lujo ser la primera en verla llegar y entrar, retoques de última hora, velo cola y a disfrutar.
Pasamos del subidón de adrenalina a las emociones a flor de piel, creo que el día que deje de emocionarme, dejaré de trabajar en esto.
Como me puede gustar tanto??? Creo que soy una adicta.
Momento crítico, la salida de los novios, siempre pasa lo mismo, si hay misa no hay problema, todo el mundo entiende que ha de salir de la iglesia y esperar a los novios fuera, pero en el resto de formatos de ceremonias la gente se queda sentada y esperan a que salgan los novios 🙁
Suerte que hacemos correr la voz y todos acaban saliendo.
Y corriendo que me voy para la comilona, he de llegar la primera !!! No me gusta llegar después que los invitados, y mira que está el resto del equipo con todo bajo control, pero me gusta estar cuando llegan, escuchas las primeras sensaciones y comentarios, es un momento especial, es como ver a la novia por primera vez. Si entran y se hoye un wau estamos salvados.
Una vez, organizando la boda de unos GRANDES AMIGOS, usamos a modo de hilo conductor el aroma, la invitación llevaba pétalos de tela con aroma a rosas, y en la entrada al aperitivo esparcimos los mismos pétalos a lo largo de toda la alfombra, y cuando mis oídos escucharon, mmmm el mismo olor que la invitación, el wauuu lo exclamé yo.
Son esos detalles que no todo el mundo ve pero si que todo el mundo los nota, los que arropan una fiesta de una manera especial.
Y así entre momento y detalle va pasando la noche, pero el éxito no llega hasta que han pasado 48h, el último subidón de adrenalina, la llamada a la familia.
Solo descanso al 100% cuando cuelgo el teléfono y el mensaje es, los invitados me están llamando para felicitarnos.
Porqué la percepción global es la de todo el mundo no solamente la de los novios o familia cercana.
Y volvemos a empezar, otro evento, otra fiesta, otro momento a 100, y a disfrutar.
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