La palabras clave fueron:
Nos casamos pero no nos casamos, bueno que lo que queremos es una fiesta, no una boda.
Y así resultó una fiesta en casa de la abuela, de la que rescatamos una nevera de coca-cola vintage y la montamos en la barra, unas sillas del desván, cestos de la playa, colchones y más colchones que forramos y pusimos encima de palets, bombillas y más bombillas, una carretilla de jardín, tableros de madera que tratamos para dar ese toque especial. Dos días de trabajo y montaje que compensaron en el instante que vimos la cara de los novios, esa sonrisa imborrable que dice woooauuu justo lo que queríamos.
Bodega: Pepe Raventós, gran amigo de la pareja brilló con su fantástico producto.